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La novia prusiana

Yuri Buida

ISBN: 978-84-15509-46-2

Encuadernación: Cosido

Formato: Rústica con solapas

Fecha de publicación: 23/06/2021

Número de páginas: 551

Traducido por: Yulia Dobrovólskaia y Jose María Muñoz Rovira

Imagen de cubierta: Iban Barrenetxea

PVP: 25.50 €

Yuri Buida es, por derecho propio, uno de los autores rusos más importantes de nuestro tiempo y La novia prusiana es su obra más ambiciosa y deslumbrante. Por las páginas de este libro de los prodigios y de historias entrecruzadas desfila un elenco de personajes imposibles: parias, genios, locos, monstruos, enamorados… A través de sus miradas, el lector compondrá la imagen esquiva de un territorio dual, contradictorio y terriblemente humano que existe entre el Vístula y el Niemen, en el abrupto terreno de lo sublime, donde habitan lo bello y lo terrible, y donde la miseria es solo la otra cara del milagro.

Las historias de La novia prusiana se desarrollan en la región de Kaliningrado, antigua Prusia Oriental, que pasó a formar parte de la URSS tras la derrota nazi en 1945. Una tierra repoblada por colonos rusos; devastada por la guerra y roída por la locura, pero encantada por los fantasmas de su pasado alemán; lugar de nacimiento de Buida y fuente inagotable de inspiración, que lo ha llevado desarrollar un estilo único que combina una libérrima fantasía lúdica con una amarga visión de la vida. Su lectura supone descubrir un tesoro de nuevas leyendas y exuberancia narrativa. Una experiencia poderosa, un espejo oscuro, turbio y perturbadoramente hermoso en el que mirarse.

«En las letras rusas del siglo XXI Yuri Buida es un autor significativo. Tal vez, el más notable entre sus contemporáneos». Liudmila Ulítskaya

«Esta espléndida obra de Yuri Buida está íntegramente habitada por lo sobrenatural, inclinada casi siempre hacia lo trágico, conectada sin duda con lo maravilloso». Le Monde

«Pocos autores logran expresar la realidad de un mundo tan inimaginable mejor que Yuri Buida». The Times Literary Supplement

«La novia prusiana es el poder de la historia para fragmentar vidas ordinarias. Mientras leemos las historias en La novia prusiana, nos viene la imagen de un cuadro de Brueghel con una comunidad unida por hilos irregulares». Washington Post

Sobre este libro han dicho:
  • Revista de Letras (por Israel Paredes)

    Paisajes míticos en una realidad fantástica

    'La novia prusiana', de Yuri Buida, es una obra ambiciosa y fascinante que lleva el lenguaje y la imaginación hasta sus límites para reconstruir la realidad.

    (...)

    Buida transforma lo real en una novela, o colección de relatos conectados, poco importa lo que sea, que mira hacia las grandes novelas rusas y su profundo humanismo en tanto a considerar el gran fresco, el gran relato, como mero decorado por el que, las figuras humanas, se mueven y son, en última instancia, lo que verdaderamente importan en esta excelente novela.

  • EL CULTURAL (Ernesto Calabuig)

     

    Yuri Buida y las ruinas soviéticas de Prusia Oriental

    (...) la parodia, el desprecio y la capacidad descriptiva de Buida brillan a gran altura. El libro es toda una galería de personajes pintorescos y trastornados, supervivientes de un gran delirio y de unas condiciones de vida infrahumanas, decenios de hambrunas y persecuciones.

    Hay en estas más de quinientas páginas mucha amargura convertida en catarsis literaria y una sutil denuncia de lo que sólo fue una gran y prolongada estafa. Yuri Buida conjura esta constelación de males a través del humor, a veces con referencias o guiños locales que es posible que perdamos en parte quienes hemos vivido tan lejos o tan ajenos a aquel mundo soviético y postsoviético. Vivos y muertos (sean los extraños visitantes de un albergue, un vilipendiado árbitro de fútbol o un acomplejado chico deforme) conviven en un enorme tapiz de venganzas, tragedias y frecuentes caídas en desgracia. La necesidad de inventar y fabular preside esta obra, cuyo punto fuerte es la riqueza descriptiva, la ironía y la capacidad de jugar con el lenguaje y el ritmo narrativo a la hora de desgranar cada historia.

  • DETOUR (Juan Jiménez García)

    MITOLOGÍAS

    (...)

    Existen lugares que el destino, la Historia, ha convertido en otra cosa. En espacios irreales, zarandeados de nación en nación sin pertenecer a ningún sitio en concreto, sino más bien a todos. Se cuente como se cuente, en aquellos lugares el tiempo se ha convertido en otra cosa, como si el pasado se hubiera disuelto a la manera de un terrón de azúcar en el vaso de agua del presente, de sus distintos presentes. Y, además, han tenido sus escritores, unos escritores que les han dado aquello que les es esquivo pese a cientos o miles de años de historia: una mitología. Es más: una mitología del pueblo. No para el pueblo, sino en la que los grandes mitos, si no fundacionales, existenciales, son la gente común, la gente de cada día. Los nadies. Pensando en la Kaliningrado rusa de Yuri Buida (antes la Königsberg prusiana), me venía a la cabeza la alemana Danzig y Günter Grass (ahora la  Gdansk polaca). En todas estas confusiones ¿dónde quedan los pobladores? 

     

  • IÑAKI URDANIBIA - KAOS EN LA RED

    ALLÁ EN KALININGRADO

    Radiografía de lo local y metáfora de los humanos, en balanceo entre el deseo y la realidad, y el lenguaje como instrumento capaz de ir más lejos, hasta el punto de traspasar los límites de lo palpable, creando mundos imaginarios. La mirada de Buida no carece de humor, muchas de las veces acompañado de compasión, ante el desfile de seres desamparados, arrojados al destino, humor que en algunos casos, sin alharacas, roza los bordes de un sarcasmo dulce, hasta el punto de hacer asomar la sonrisa con las rojas marcas de diferentes mercancías, o los pomposos nombres de instituciones oficiales y las no menos pomposas noticias propagadas por los medios de (in)comunicación.

    La canción es la existencia (Gesang ist Dasein que decía Rilke) y…«el cuentista es el cuento, y el mérito aquí no es mío. Como no hay mérito en que el hombre posea corazón, incluso si es verde. Soy lo que soy: nihil […] no he elegido mi nombre; como mucho mi destino. Aunque lo que perdura es el nombre, pese a que lo que realmente importa es el destino», así concluye Yuri Buida.

  • LA NUEVA ESPAÑA (Ricardo Menéndez Salmón)

    Prusia roja

    Yuri Buida es digno heredero de ese capote de Gógol del que toda la literatura rusa procede

    (...)

    Gracias a Carpentier y a sus epígonos supimos que existía lo real maravilloso, esa indeleble marca de agua aplicada a un continente, América en este caso, donde se tendían la mano un ingrediente ontológico, el de un cosmos exuberante, que a menudo obligaba a romper los corsés del lenguaje para aprehenderlo, y un sustrato gnoseológico, el de un conocimiento arcano que se revelaba a través de la leyenda, la belleza o la violencia. Y supimos así mismo, en virtud de sus muy variadas encarnaciones, que existía el realismo socialista, esa voluntad identitaria, dirigida a abundar en la conciencia de clase, que sobremanera la experiencia soviética cifró en manifestaciones poliédricas como el muralismo pedagógico, el brutalismo arquitectónico o cierta música sinfónica. 

    Lo que desconocíamos, al menos hasta leer “La novia prusiana”, de Yuri Buida, es que era posible un matrimonio bien avenido entre una realidad maravillada y maravillosa, donde todo o casi todo puede suceder, y la cotidianidad del “statu quo” soviético, o al menos del “statu quo” surgido de uno de los grandes hitos de lo soviético, la victoria sobre Alemania tras la Gran Guerra Patria y la reconquista de Prusia Oriental como parte integrante del mapa rojo.

    Por eso la lectura de los 46 relatos que conforman este libro audaz, hilarante y patético a la vez, exigen del lector un equilibrio que no siempre es sencillo mantener. De un lado, nos asaltan los espacios y los caracteres de un paisaje y de un paisanaje muy preciso, como son la fábrica y el sóviet, la comunidad y el proletariado agrícola, los distintos rostros e iconos del estalinismo; del otro, encontramos el tamiz de un universo mágico, ambiguo, felizmente irracional, poblado por espíritus y por brujas, por personajes hoffmannianos, reflejado en quermeses y en ordalías que se suceden sin sosiego. De hecho, para penetrar en este gran libro, quizá no sea inútil acudir al arte de otro extraordinario artista nacido de la convulsión de 1917, aunque contemporáneo a ella. Me refiero a las pinturas de Marc Chagall y a sus judíos verdes, a sus novias voladoras, a sus pueblecitos de mil colores y otros tantos prismas deformados, esa aventura pictórica capaz de capturar en una sola superficie la sobriedad y la extravagancia, el pan y la fantasía, lo cotidiano y lo eterno.

    Relatos como “Labios azules”, “La gata tiene nueve muertes” o “Stiopa Marát” poseen ese fecundo, insólito aroma chagalliano que se mueve entre la ingenuidad y la locura, y al leerlos se comprende que Buida es un maestro de la literatura entendida como expresión de la pura libertad, tanto formal como temática, algo que ya pudimos comprobar en las dos obras previas traducidas por Automática, “Helada sangre azul” y la prodigiosa “El tren cero”. Si el lector no conoce esas obras, hallará aquí una oportunidad inmejorable para adentrarse en la escritura de un autor formidable, digno heredero de ese capote de Gógol del que alguien, quizá Dostoievski, quizá Dios o quizá el Diablo, advirtió que toda la literatura rusa procedía.

  • Aullido (Entrevista a Yuri Buida)

    (...) En definitiva, los cuentos de Yuri Buida desafían la capacidad de asombro, tensan sensibilidades hasta el límite, invitan a conocer un mundo hoy ya extinto que fue erigido sobre uno más antiguo del que sólo subsisten los mitos, de alguna forma al igual que el otro, pese a que ambos convergen y continúan en expansión dentro de su obra. Ahora, hay que sumar que La novia prusiana está narrada con un humor que puede alcanzar niveles desternillantes, a través de acontecimientos rocambolescos, enredos y testimonios desmesurados que, en ocasiones, pueden ir del carnaval luctuoso al zafarrancho apocalíptico. No obstante, también hay espacio para la reflexión filosófica, en alguna oportunidad con monólogos a la manera dostoievskiana sobre la fe religiosa. En medio de esto, se abordan problemáticas sumamente complejas como el holocausto, la xenofobia, la violencia de género, el alcoholismo, los traumas de la infancia o de la guerra, el desarraigo, la opresión del sistema, los desengaños de un pueblo nutridos por la propaganda colosal, las noticias oficiales que dado el trayecto que recorrían desde Moscú llegaban transformadas en mitos a Známensk (Wehlau, durante su período prusiano).

    Consecuentemente, la vida en este escenario está condimentada con referencias tanto del folclor y del imaginario local como de la alta cultura, tanto de la música pop soviética como de la Biblia, desde la mitología clásica hasta la literatura universal. Además, sus historias son un homenaje a la necesidad humana de dejar registro de los relatos orales que circulan a nuestro alrededor y sin los cuales sería más ancho el vacío entre la memoria colectiva y nuestra existencia. Por lo tanto, la reciente traducción de 46 relatos que integran La novia prusiana (Automática Editorial, 2021) probablemente se trate de uno de los descubrimientos literarios más significativos de este año en España, que ahora se suma a dos de sus novelas antes editadas en nuestro idioma.

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